Hoy RESSUR ha sido noticia en Diario de Jerez con motivo de la restauración de la Virgen de la Luz de la Iglesia de San Marcos, obra atribuida al escultor sevillano Ignacio López.
Antonio López (c) junto a Francisco García Brenes y José Manuel Moreno Arana, días atrás, en San Marcos. / Miguel Ángel González |
diario de jerez
PATRIMONIO
Y vio por fin la luz...
La Virgen de la Luz de
San Marcos, una talla única en la ciudad, recupera su esplendor tras años de
olvido Ressur ha sido la encargada de devolverla a los fieles.
Por: ARANTXA CALA, JEREZ | publicado 15.04.2013 - 08:42
Tras años sumida en una casi oscuridad y
alejada de la devoción de los fieles, vuelve Ella al esplendor de los altares,
con la luz que nunca debió extraviar. El arqueólogo Manuel Esteve la calificó
como "la mejor virgen de Jerez", y de hecho cuentan que fue él quien
la bautizó como la Virgen de la Luz. Los técnicos de la empresa Ressur han
iluminado de nuevo esta figura tras un año y medio en el taller. Como una señal
de tristeza, de abandono casi de sí misma, la imagen estaba rota y al Niño
Jesús le faltaban los dedos de una mano. Se encontraba en la capilla del
Baptisterio de la Iglesia de San Marcos. Una talla de principios del XVIII
procedente de la antigua iglesia jesuita de Santa Ana de los Mártires. Una
imagen de tamaño menor al natural, cuyo rostro remite a otras imágenes
marianas.
En la década de los
70 del siglo XVII se sabe que se funda una congregación, exclusivamente
femenina, de la Virgen de la Luz en la iglesia de la Compañía, que se cree, por
documentación consultada por el historiador jerezano José Manuel Moreno Arana,
que fue la que le dio culto a esta imagen. Años después, la iglesia es
destruida por un incendio. Se reconstruye entre finales del XVII y principios
del XVIII. En esa época fue cuando se hizo esta imagen. Cuando en 1777 se expulsa
a los jesuitas de España, se reparten todos los retablos por distintas iglesias
de la ciudad. En el que se veneraba esta virgen se traslada junto con el del
Sagrado Corazón a San Mateo, que actualmente se conserva en la capilla de San
Blas. Al suprimirse la congregación de los jesuitas, desaparecen también las de
la Luz y del Sagrado Corazón, "por ello, las imágenes no se trasladan sino
que se quedan en la iglesia de la Compañía que permanece como un oratorio
privado de un colegio de fundación real del mismo edificio", apunta
Moreno. A principios del XVIII cierra el colegio y es en ese momento cuando se
cree que la Luz viene a San Marcos.
Los historiadores
apuntan dos posibles autorías. Por una parte, se atribuye la obra a Camacho de
Mendoza y por otra, a Ignacio López. "Este último escultor, algo
desconocido, pudiera tener ciertas posibilidades de ser el creador", tal
como asegura José Manuel Moreno Arana, aunque no está del todo documentado.
López era un escultor sevillano, formado posiblemente en el entorno de Pedro
Roldán, que se traslada a El Puerto a finales del XVII y trabaja para toda la
comarca donde realiza muchas obras, desde el punto de vista de Moreno Arana.
Algunas están documentadas como el retablo de Ánimas de la Prioral de El Puerto
y obras procesionales en Jerez como las imágenes de la Hermandad del
Desconsuelo, la Virgen del Mayor Dolor y el grupo de La Piedad. Hay vírgenes
que se parecen mucho a la de La Luz, como el relieve de la Anunciación de la
iglesia de San Francisco, atribuida también a López.
Hay que destacar
que la iconografía de esta virgen es única, ya que no se ven vírgenes de esa
época que figuren ofreciendo el Niño. "En este caso quizás se lo esté
entregando a algún santo, como san Estanislao de Kostka o san Francisco Javier",
apunta el cura de San Marcos y deán de la Catedral, Antonio López. "No
sabemos con claridad si esta Virgen pertenecía a un conjunto o no, ya que se
puede ver perfectamente todo su alrededor, aunque otros historiadores hablan de
que la imagen estaba exenta", comenta Francisco García Brenes, director
técnico de Ressur. "La Virgen de la Luz ha estado mucho tiempo sin
devoción por estar en la Capilla Bautismal. Desconocemos si estaba ahí desde
que llegó o se ha ido cambiando de lugar con las distintas reformas del templo.
Sin embargo, Manuel Esteve sí que le tenía devoción y por su acceso a tanta
documentación la llamó de esta forma -de la Luz- al identificarla, creemos, con
la Candelaria o la presentación del Niño en el templo. Y Simeón comparó entonces
a Cristo con la luz", cuenta Antonio López.
Una pieza de gran
calidad, única e importante para la ciudad que ha sufrido a lo largo de su vida
daños como mutilaciones, golpes, fracturas, grietas y pérdidas de policromía
que delatan las vicisitudes históricas en las que se ha visto inmersa la
escultura. "No tenemos constancia documental de las intervenciones que
podemos apreciar en la imagen. Si bien, es muy evidente que se han llevado a
cabo sin criterio técnico alguno. Circunstancia ésta que ha perjudicado a la
policromía y estructura de la talla", analiza Brenes. Entre otras muchas
tareas, se tallaron y reconstruyeron aquellas piezas que habían sido mutiladas,
con el fin de dar continuidad formal y visual a la escultura. También fue
necesario un tratamiento de desinsectación mediante procedimiento químico
aplicado por inyección e impregnación. Una 'mesa de operaciones' milagrosa que
una vez más devuelve a la ciudad lo que el tiempo había enterrado con el polvo
del olvido.